Los plazos en la refoma de viviendas
Uno de los aspectos que suele preocupar más a los clientes que tienen planeado realizar reformas en su vivienda es la consecución de los plazos temporales para finalizar los trabajos.
Es evidente que realizar obras en casa, se conviva con ellas o no, es algo que queremos que conlleve el menor tiempo posible dada la afectación cotidiana que supone para los clientes. Si permanecemos en la vivienda, el ruido, la suciedad, los accesos y la imposibilidad de utilizar con normalidad algunas estancias, entre otros aspectos, hace que tengamos un gran impacto en nuestro día a día; y si hemos decidido mudarnos temporalmente, el coste económico o el cambio de costumbres hace que también queramos tener nuestra vivienda habitual lista lo antes posible.
En este punto, debemos tenr en cuenta que la realización de una reforma con los estándares de calidad adecuados conlleva un tiempo irrenunciable, y no siempre es posible acelerar el plazo de entrega, por más que lo querrían las partes. Dicho esto, existen algunos consejos a tener en cuenta de cara a conseguir que esos plazos sean lo más ajustados posibles y que no se alargue excesivamente la duración de la reforma:
Antes de iniciar el proyecto, es muy recomendable solicitar al contratista un planning de obra según la obra aprobada en presupuesto. En dicho planning deberá constar una fecha de inicio y una de final de obra, así como la duración de las diferentes fases de obra (por ejemplo: demoliciones, de tal fecha a tal otra; falsos techos, empieza en fecha x y acaba en fecha y, etc...).
Si existe un contrato de obra, que puede ser bastante recomendable en muchas de las reformas, se debería hacer constar el plazo de realización o hacer referencia al anteriormente citado planning de obra, junto a otros aspectos propios del contrato (precio, condiciones de pago, etc...).
En caso de que haya variaciones en el proyecto inicial, porque, por ejemplo, el cliente quiere realizar otros trabajos adicionales, es muy recomendable que se especifique, de la manera más concreta posible, que afectación representará en el plazo que se había establecido para el proyecto.
Si una fase de obra sufre un posible retraso por causas ajenas a las partes, por ejemplo, en el caso de que un material elegido no esté disponible hasta una fecha concreta, es interesante que se planifique adelantar otras fases de la reforma, si ello es posible, para que dicho retraso no tenga impacto (o sea el menor posible) en la fecha final de entrega de la obra.
Es muy útil, y proponemos desde aquí encarecidamente, que se establezca un día y hora de visita semanal a la obra para que el cliente y el contratista (y el técnico, si es de aplicación) resuelvan cuestiones relativas a los trabajos y puedan tener una supervisión del cumplimiento de los plazos de la reforma.
La seriedad y profesionalidad de un contratista es esencial en este aspecto. A la hora de elegir la empresa que nos realizará la reforma debemos aclarar todo lo relativo a los plazos de ejecución, además, evidentemente, de otros aspectos como las calidades o los precios.